Como marca, es esencial tener una identidad visual sólida y coherente. Esto permitirá a la empresa destacar, transmitir unos valores y personalidad determinados y, por supuesto, calar en el consumidor y permanecer en su retina. El diseño gráfico juega, pues, un papel crucial a la hora de construir una identidad visual distintiva y llamativa.
No se trata, únicamente, de cuidar los elementos estéticos de la identidad visual, sino de definir y transmitir unos valores concretos que reflejen la personalidad de la marca. Es sustancial partir de un estudio previo para establecer qué valores se quieren transmitir y, a partir de ahí, trabajar en un storytelling para, en sinergia con ciertos elementos estéticos, dar apoyo visual a la narrativa.
Elementos que conforman una identidad visual coherente
Logo
Como ya explicamos en un artículo anterior, el logo es el elemento más reconocible de una marca. Es esencial crear un logo que refleje la esencia de tu marca y sea reconocible. El diseño del logo debe tener en cuenta la tipografía, los colores y los símbolos que representen la personalidad y los valores de la marca. Existen ciertos logos que se han convertido en símbolos tan presentes en el imaginario colectivo, que se asocian directamente a un producto. Por ejemplo, es difícil pensar en un refresco sin que nuestra mente lo asocie directamente con el logo de Coca-Cola. Esto se logra con un buen diseño de logotipo, acompañado de una estrategia de storytelling que se cuele en los hogares de los consumidores, convirtiendo un determinado producto en un esencial del día a día.
Paleta de colores
Los colores desempeñan un papel poderoso en la comunicación visual. Seleccionar una paleta de colores coherente y representativa de la marca es crucial. Cada color evoca emociones y transmite mensajes sutiles, por lo que es importante elegir colores que se alineen con la personalidad de la marca y sean atractivos para el público objetivo. Para ello, es esencial tener en cuenta la psicología del color. Los colores tienen diferentes connotaciones según la cultura. Por eso, a la hora de seleccionar una tonalidad para nuestra identidad visual, cabe hacer un análisis previo de qué estamos expresando con la elección de dicho color.
Tipografía
La elección de una tipografía adecuada es esencial para el branding. La tipografía debe ser legible, coherente y reflejar la identidad de la marca. Puedes optar por tipografías modernas y minimalistas o por estilos más clásicos y elegantes, según el tono que quieras transmitir.
Imágenes y gráficos para fortalecer la identidad visual
Utilizar imágenes y gráficos de manera coherente puede ayudar a fortalecer la identidad visual de tu marca. Puedes utilizar fotografías, ilustraciones u otros elementos visuales que se alineen con la estética y el mensaje de tu marca. Es importante mantener un estilo visual consistente en todas las comunicaciones de la marca.
Estilo de diseño
Definir un estilo de diseño coherente es fundamental para construir una identidad visual sólida. Esto incluye la elección de patrones, texturas, formas y composiciones que se utilicen de manera consistente en todos los materiales de la marca. Un estilo de diseño coherente ayuda a establecer la personalidad y la estética de la marca.
Consistencia en todos los canales
Es esencial mantener la coherencia visual en todos los puntos de contacto con la marca, ya sea en el sitio web, redes sociales, materiales impresos o productos. Utilizar los elementos visuales de manera consistente crea un reconocimiento instantáneo y refuerza la imagen de marca en la mente de los consumidores.
Adaptabilidad de la identidad visual
A medida que tu marca crezca y se expanda, es importante que el diseño gráfico sea adaptable a diferentes formatos y plataformas. Esto implica tener versiones del logo y otros elementos visuales que sean adecuados para diferentes tamaños y medios, desde una valla publicitaria hasta un avatar de redes sociales.
Evolución y actualización
A lo largo del tiempo, es posible que desees realizar actualizaciones en el diseño gráfico de tu marca para mantenerla fresca y relevante. Esto no implica cambios radicales, sino ajustes sutiles que evolucionen con las tendencias y necesidades del mercado. Por ejemplo, el logo de Warner Bros ha pasado en los últimos años de ser uno de los logos más recargados, casi barrocos, a convertirse en una imagen minimalista y sencilla. No obstante, hay otras marcas que optan por cambios más sutiles como Nike, que ha eliminado ciertos elementos y actualizado colores y tipografías, siempre manteniendo la esencia del logotipo inicial.
Al emplear de manera correcta todos esos elementos, lograremos transmitir una imagen consistente que permanecerá en la memoria de los consumidores, provocando que, cuando piensen en cierto producto o servicio, lo asocien directamente a nuestra marca. Es importante, a la hora de definir nuestra identidad visual, tener en cuenta que el diseño gráfico en el branding es un proceso continuo, donde la evolución y la actualización son necesarias para mantener la marca fresca y relevante en un mercado en constante evolución.